Comenta que el pesimismo “es una metafísica de las costumbres en mucho mayor medida que una teoría del mundo; es una concepción de un camino hacia la liberación, estrechamente ligado, por una parte, al conocimiento experimental que hemos adquirido de los obstáculos que se oponen a la satisfacción de nuestras ideas (o, si se quiere, ligado al sentimiento de un determinismo social) y, por otra parte, a la convicción profunda de nuestra debilidad natural”.