Enfrentando un desafío climático sin precedentes, los ganaderos y agricultores de la región de Nogales se encuentran en una situación crítica debido a la marcada escasez de lluvias.
Jesús García Hurtado, presidente de la Asociación Ganadera Local (AGL) de Nogales, ha destacado la gravedad de la situación, señalando que las lluvias durante el mes de julio fueron mínimas y que las perspectivas para agosto no son alentadoras.
García Hurtado ha subrayado que la situación es alarmante, ya que existe un riesgo inminente de mortandad de ganado debido a la falta de agua y alimento, especialmente de pastoreo. Muchos de los productores de la región habían mantenido su ganado en confinamiento, anticipando que la primera lluvia, que cayó en la segunda semana de julio con una medida de una pulgada y media, sería suficiente para revitalizar los pastizales.
“Cometimos un gran error al no esperar por la siguiente lluvia beneficiosa y liberamos el ganado. Esto incluye a nuestros colegas en otras áreas cercanas como El Sáric, Sásabe y Cíbuta, ya que todos estamos enfrentando las mismas condiciones adversas”, comentó García Hurtado. Aunque ha habido algunas lluvias dispersas, estas han sido escasas y no han sido suficientes para brindar un alivio significativo. García Hurtado también advirtió que la entrada a agosto agrava la situación.
La experiencia de una sequía ocurrida hace 2-3 años está fresca en la memoria de los ganaderos y agricultores, quienes temen que este año sea aún más crítico y desafiante. “Incluso si el ganado todavía está alimentándose de los pocos parches de pasto verde, empezarán a debilitarse debido a la falta de alimento adecuado. Nuestra tarea ahora es luchar por mantener el ganado recién nacido y volver a confinarlos”, explicó García Hurtado. Sin embargo, muchos propietarios, debido a los altos costos involucrados, podrían optar por dejar el ganado en libertad, arriesgando la salud de los animales por falta de alimento, una situación que ya ha ocurrido en el pasado.
La preocupación se extiende a los agricultores y ganaderos que cuentan con pozos de agua, ya que incluso estos recursos hídricos están bajo tensión debido a la persistente falta de lluvias. García Hurtado resalta que la crisis no solo afecta a la ganadería y agricultura, sino que también afecta a otras actividades económicas directa o indirectamente relacionadas, lo que podría generar un impacto negativo en toda la región si la situación de sequía persiste.
